Problemas ocultos del aumento del salario mínimo
Cuando se legisla con la intención de lograr un rédito político, puede ocurrir que no se tengan en cuenta las consecuencias colaterales problemáticas que puede tener una norma o su modificación. Eso va a ocurrir con la entrada en vigor del nuevo Salario Mínimo Interprofesional. Salvo que se ponga atención en prevenirlas.
Redactado por Enrique García Tomás - Asesor laboral
Posiblemente este martes el Consejo de Ministros aprobará que el Salario Mínimo Interprofesional sea, desde el primer día del año en curso, de 950 euros al mes más dos pagas extraordinarias . Cuantía que desde su anuncio, el día 22 de enero, al ser acordada por la ministra de Trabajo y Economía Social con los representantes de las organizaciones sindicales y empresariales mayoritarias, es cuestionada; a pesar de que resulta inferior a la demandada por los sindicatos. El criterio generalizado es que el aumento puede ser problemático para la economía de las pequeñas empresas (principalmente para los autónomos con personal contratado) y por consiguiente para la creación de empleo y aún para el mantenimiento de parte del que ahora existe.
Hay protestas en el sector agrario donde cada vez son mayores los gastos de los empresarios mientras que sus ingresos no aumentan; en otras actividades no las hay de forma tan manifiesta, pero habrá que esperar consecuencias. Las más notorias pueden ser en el servicio doméstico, pues el empleador no puede deducir de su IRPF lo que paga por el servicio que le prestan ni las cuotas que ha de cotizar al Régimen Especial de Empleados de Hogar, cada vez más altas y con una normativa perjudicial para aquellos que contratan por horas, que son la mayoría. Pero no se habla de lo problemática que puede resultar la negociación colectiva, especialmente de los convenios sectoriales, que son de aplicación para las empresas de menor tamaño y de menores recursos.
Será lógico que los trabajadores más cualificados pretendan que sus retribuciones se diferencien claramente de las de aquellos otros con menor responsabilidad y preparación profesional, pues en algunos convenios en vigor, debido al aumento del salario mínimo que nos ocupa y al de 2019, los salarios de los oficiales y técnicos no han quedado muy diferenciados de los de peones y aprendices . Así que aumentar notablemente el salario base en todas las categorías supondría un gasto imprevisible, porque algunos complementos consisten en un porcentaje del mismo, lo que podría llevar a que las empresas pretendieran negociar que los salarios quedaran cercanos al mínimo interprofesional y retribuir a cada una de las distintas categorías profesionales mediante un plus de convenio absorbible en previsión de los futuros aumentos prometidos por el Gobierno.
El criterio generalizado es que el aumento puede ser problemático para la economía de las pequeñas empresas.
Por otro lado, si no se modifica la normativa del subsidio por desempleo para mayores de 52, aumentará mucho el número de sus beneficiarios, pues el requisito de no poseer ingresos superiores al 75% del SMI podrán alcanzarlo más desempleados que hasta ahora. Aparte que, al conllevar ese subsidio una cotización a la Seguridad Social equivalente al 125% de la base mínima del Régimen General, ocurriría que no pocos de sus perceptores acumularán cotizaciones superiores a las que hubieran generado trabajando.
