Logos: todo lo que necesitas saber para acertar con el tuyo

El logo es el símbolo visual principal que representa a una marca. Un diseño exclusivo con el que una entidad se lanza al mercado con el deseo de hacerse reconocible e indetificable ante su competencia. Aunque parezca un «simple dibujito», en muchas ocasiones el logotipo es el primer contacto que un consumidor tiene con una compañía. Por tanto, es un aspecto de gran relevancia a la hora de conseguir un posible cliente.

Un logo puede estar formado por un elemento pictográfico, un texto o ambas cosas. Y no existe una opción mejor que otra. En su construcción influye un conjunto de variables que se han estudiado con anterioridad y factores como el color, la composición, la tipografía y, por supuesto, la actividad de la empresa. Todos estos aspectos determinarán el resultado final.

A continuación te ofrecemos algunos consejos para que aciertes con el logotipo ideal para tu empresa.

Analiza los logos de la competencia. Al igual que ocurre con el producto de tu actividad económica, diferenciarse de la competencia es un aspecto básico. Analiza los logos en tu segmento de mercado y elige colores, elementos y conceptos que hagan a tu marca reconocible entre las demás. Por supuesto, no copies ideas y evita cualquier parecido que pueda dar lugar a confusiones.

Busca una composición armónica. El logotipo de cualquier proyecto debe transmitir, ante todo, profesionalidad. Sin renunciar a tu potencial creativo, trata de obtener un resultado delicado, fácilmente perceptible a la vista y con una composición armónica.

Opta por el minimalismo. Los logos recargados y llenos de elementos generan confusión y transmiten desorganización. Debemos tener presente el concepto «menos es más» y exprimir al máximo los elementos que usemos para transmitir la mayor cantidad de valores e información posible. Dos consejos básicos: no abuses del color y no uses más de una tipografía.

Estudia la elección de los colores. La «psicología del color» es un campo de estudio que analiza las connotaciones que los diferentes colores tienen en las percepciones y emociones de las personas. Este matiz es de gran relevancia a la hora de diseñar el logo, ya que puede ser un primer filtro entre la curiosidad o la indiferencia de quien lo percibe.

Conoce a tu público. Si tienes la posibilidad, haz una pequeña encuesta o estudio de mercado para conocer los gustos y preferencias de los consumiradores a los que te diriges, aunque sea entre personas cercanas de tu entorno. Analiza los resultados y aprovecha ese conocimiento para trasladarlo al concepto de tu logotipo.

Busca un concepto inteligible. Como ya hemos comentado, la creatividad es una herramienta a la que no debes renunciar, por supuesto, pero en todo caso el logotipo final debe tener significado y ser inteligible; que una persona pueda reconocer a simple vista lo que está viendo.

Piensa en la tecnología. Las micropantallas y los dispositivos electrónicos son los soportes en los que muchos clientes nos verán por vez primera. Con la revolución digital los logos han perdido volumen para integrarse adecuadamente en avatares o perfiles de redes sociales. Muchas marcas han optado por redondear su logo con el fin de acomodarse a plataformas como Facebook, Instagram o Twitter.

Elige un logo atemporal y versátil. Aunque el logo de una empresa sufrirá evoluciones a lo largo de su vida, la esencia debe mantenerse siempre. No incorpores elementos que puedan ser caducos y opta por un diseño que sea versátil e incluso simétrico cromáticamente hablando (que pueda adaptarse con facilidad tanto a fondos oscuros como a fondos claros).