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Denegada la incapacidad permanente a una ayudante de cocina con depresión y dos dedos amputados

Denegada la incapacidad permanente a una trabajadora tras una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja. Te lo detallamos en este artículo.

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Una trabajadora que sufrió la amputación de dos dedos de la mano derecha tras un accidente doméstico, además de padecer un trastorno mixto ansioso-depresivo agravado, vio denegada su solicitud de incapacidad permanente . A pesar de las evidentes limitaciones físicas y psicológicas, el tribunal concluyó que la mujer aún conservaba la capacidad para desempeñar su labor como ayudante de cocina.

Un caso que pone de manifiesto las dificultades de evaluar la incapacidad laboral cuando coexisten múltiples factores. La trabajadora presentó un informe médico detallado que, además de las amputaciones y el trastorno psiquiátrico, evidenciaba patologías en la rodilla, el hombro y la zona lumbar. Sin embargo, tanto el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) como los juzgados de instancia y, finalmente, el Tribunal Superior, consideraron que estas dolencias, aunque presentes, no invalidaban de forma completa su capacidad para trabajar.

La sentencia se sustenta en una valoración pormenorizada de las limitaciones funcionales de la trabajadora. Los magistrados reconocen la existencia de secuelas físicas y psicológicas, pero consideran que estas no son lo suficientemente graves como para impedir el desempeño de las tareas propias de una ayudante de cocina. En particular, destacan que la carga de trabajo en esta profesión, en términos de esfuerzo físico y mental, es moderada y no requiere de una capacidad física o cognitiva excepcional.

La decisión judicial reconoce la persistencia de síntomas depresivos, pero considera que estos no son de una gravedad tal que impidan el desarrollo de las actividades laborales . Esta valoración ha sido cuestionada por algunos expertos, quienes argumentan que los trastornos mentales pueden tener un impacto significativo en la capacidad de trabajo, incluso cuando no se manifiestan a través de síntomas incapacitantes.

La trabajadora reconoció una adicción al alcohol

Otro aspecto relevante del caso es la influencia del consumo de alcohol en la evaluación de la incapacidad. La trabajadora reconoció una adicción al alcohol, aunque aseguró estar en tratamiento y haber dejado de beber. El tribunal valoró positivamente esta circunstancia, pero consideró que el consumo pasado de alcohol no justificaba por sí solo el reconocimiento de una incapacidad permanente .

Aunque el informe médico presentado por la trabajadora fue valorado, no resultó determinante para la resolución final.

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La evaluación de la incapacidad laboral es un proceso complejo y multifactorial, que requiere una valoración integral de las circunstancias personales y profesionales de cada trabajador. La decisión judicial, pone de manifiesto la dificultad de valorar objetivamente los factores que influyen en la capacidad de trabajo de las personas con discapacidad.

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