La justicia reconoce la incapacidad permanente total para una fotógrafa con afección dorsal severa
El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJLR) ha dictado una sentencia que concede la incapacidad permanente total para su profesión a una fotógrafa que padece una escoliosis dorsal severa y otras dolencias de origen facetario.
Redactado por Espacio Pymes
La resolución revoca el fallo de un juzgado de Logroño que había rechazado la solicitud de la trabajadora y condena a la Tesorería General de la Seguridad Social y al INSS a abonarle una pensión vitalicia y mensual equivalente al 55% de su base reguladora, más las revalorizaciones que procedan.
Solicitud de incapacidad permanente por una escoliosis dorsal
La fotógrafa, que tiene 45 años, presentó una solicitud de incapacidad permanente por una escoliosis dorsal severa, artrosis facetaria y otras dolencias que le impedían realizar las tareas propias de su profesión. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) denegó la solicitud, decisión que fue confirmada por un juzgado de Logroño.
La argumentación del Tribunal
La Sala Social del TSJLR considera que la trabajadora presenta una serie de limitaciones físicas que le impiden realizar las tareas de su profesión con un mínimo de rendimiento, eficacia y profesionalidad. Entre estas limitaciones se encuentran:
- Incapacidad para mantener posturas fijas durante periodos prolongados.
- Dificultad para realizar esfuerzos y cargar pesos.
- Dolor crónico en la espalda.
La Sala también destaca que la trabajadora ha seguido diversos tratamientos médicos sin obtener resultados satisfactorios.
En base a lo expuesto, la Sala concluye que la fotógrafa está incapacitada de forma permanente para realizar su profesión habitual y le concede la incapacidad permanente total. La resolución establece que la trabajadora tiene derecho a una pensión vitalicia y mensual equivalente al 55% de su base reguladora, más las revalorizaciones que procedan.
Esta sentencia del TSJLR es un importante precedente para otros casos similares. La resolución reconoce la gravedad de las dolencias que sufren las personas con escoliosis dorsal severa y otras afecciones de la columna vertebral, y su impacto en su capacidad para trabajar.
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