«No me hagas pensar», el libro de Steve Krug que todos los emprendedores digitales deberían leer
Un sencillo manual sobre la usabilidad de las plataformas digitales y su influencia en la experiencia de usuario.
Redactado por Espacio Pymes
Con más de 500.000 copias vendidas en todo el mundo y traducido a una veintena de idiomas, Steve Krug jamás pudo imaginar la aceptación internacional que alcanzaría con su libro « No me hagas pensar ». El escritor americano redactó este manual sobre usabilidad y experiencia de usuario sin más pretensión que la de aconsejar a un puñado de ejecutivos que a principios de siglo XXI empezaba a digitalizar sus negocios. Dos décadas más tarde, la obra de Krug se ha convertido en el ideario de multitud de emprendedores y PYMES que han dado el salto a Internet.
En sus páginas Krug descubre los secretos para persuadir al internauta hasta llevarle al lugar que deseamos. Pero no lo hace mediante argucias o artimañas poco éticas, sino facilitando la navegabilidad al interesado y optimizando cada segundo que el usuario gasta con nosotros. Para ello el autor explica varias estrategias irrenunciables a la hora de diseñar una web o software, ya sea un e-commerce, una web informativa o un portal de servicios. Al final el objetivo es siempre el mismo: ganar un cliente.
Y es que la experiencia de usuario, un término cada vez con más peso en el entorno digital de las empresas, puede ser la llave para convertir a ese visitante en un lead (oportunidad de venta). Y el secreto es, por supuesto, «no hacerle pensar». Eso significa que la información, las herramientas y los distintos elementos que conforman la arquitectura de nuestra web deben presentarse en el lugar y de la manera que el usuario espera encontrarlos .
Como profesional del sector, Steve Krug no solo ofrece soluciones de éxito para implementar en Internet, sino también un completo análisis psicológico y temperamental del internauta y sus modos de comportamiento. Y no duda en señalar que la clave es que los usuarios alcancen su objetivo invirtiendo el mínimo esfuerzo. En otras palabras, obtener una respuesta en el menor número posible de clics.
Para ello la navegabilidad de nuestra web debe ser ágil, sencilla y eficaz, ofreciendo una experiencia de usuario positiva a nuestro lector y evitando su frustración, lo que en muchas ocasiones puede suponer perder una venta. En palabras del propio escritor americano, “todo esto es tan importante porque en Internet la competencia está en hacer clic aquí o allá. Frustrar a un usuario es la mejor manera de perderle como cliente”.
La información, las herramientas y los distintos elementos que conforman la arquitectura de nuestra web deben presentarse en el lugar y de la manera que el usuario espera encontrarlos.
Un decálogo para « no hacer pensar »
Tras leer y analizar las más de 200 páginas del libro de Steve Krug, hemos redactado este decálogo donde resumimos las principales estrategias y técnicas explicadas.
- Es necesario deshacerse de todo lo prescindible . Un sitio web debe ofrecer solo la información precisa para resolver correctamente y de manera eficiente las dudas que tiene el usuario. Debemos evitar contenido añadido que distrae y no aporta valor al objetivo final.
- Los elementos deben actuar como el usuario espera que actúen . Por tanto, un botón con aspecto de botón debe ser siempre un botón. Y responder como tal cuando hacemos clic sobre él. Esta estrategia es aplicable a todos los enlaces y a cada una de las piezas que conforman el engranaje de nuestra web.
- Es importante minimizar la cantidad de clics para llegar al objetivo fina l. Si tenemos un e-commerce, llenar el carrito y hacer el pago debe ser un proceso ágil y rápido. De este modo evitaremos que el cliente se arrepienta durante el proceso de compra. Cuantos menos clics le obliguemos a hacer, mejor.
- El usuario debe estar permanentemente informado de la web y la sección en la que se encuentra . Para ello es muy útil el recurso de «las migas de pan» (ruta que muestra la secuencia de clics en la web hasta llegar a esa página). Asimismo, debemos facilitarle volver a la página anterior o a la principal, en este último caso mediante el logo linkeado a la home.
- Jerarquizar correctamente las categorías, bloques o informaciones es un aspecto vital para que el visitante se sienta cómodo, así como diferenciarlas visualmente.
- La home debe responder siempre a las tres preguntas principales que todos nos haríamos al entrar a un sitio web. ¿Por qué existe esta página? ¿Qué pueden ofrecerme? ¿Por qué he llegado hasta aquí?
- Los internautas no leen las páginas que visitan; las ojean. Por eso debemos escoger las palabras cuidadosamente. Algunas deben servir de estímulo a nuestro sistema nervioso (gratis, oferta, etc), pero no debemos abusar de ellas para no desfocalizar la atención. El tamaño y la notoriedad que se le otorga a cada una de las palabras de una web también son decisivos para optimizar la experiencia de usuario.
- Un sitio web debe satisfacer las necesidades del lector . Porque el internauta tiende a aceptar como válida la primera respuesta coherente que se le ofrece. No tiene por costumbre contrastar la información. Y es necesario aprovechar ese comportamiento.
- Es necesario crear nuestro propio laboratorio de pruebas antes de lanzar una web . Seleccionar a diferentes individuos, sentarles ante la pantalla y hacerles preguntas nos ayudará a saber si la experiencia de usuario de nuestro site es la adecuada.
- No hagamos pensar a los usuarios. Por tanto, conozcamos los principales objetivos que las personas buscan al entrar en nuestra web y hagámoslo obvio y sencillo. Tan fácil y difícil como eso.
